La noche del martes no acabó bien la cena en el Pazo o Lagar. Demasiados roces por tantos días de convivencia, muchas vísceras y disparidad de caracteres. Menos mal que el remo es un buen catalizador y todo se arregló al día siguiente.
La mañana del miércoles no hubo remo. Una fuerte tormenta con vientos de nosecuantos km/h nos dejó en tierra. Así tuvimos tiempo para aplacar los ánimos, hacer una ruta cultural por Vilanova de Arousa, y conocer las tabernas del lugar. Algunos visitamos la casa natal de Ramón María del Valle-Inclán y después probamos el pulpo de nuestras vidas. La moluscada acabó las labores de extinción, y tras ella, nos pusimos a remar de Vilanova a Vilaxoan.
Fue una boga preciosa. Conquistamos la Isla de Sinas, je, je, y fuimos recibidos con tracas en Vilaxoan, con representación municipal, fotógrafas de lujo y mucho público.
La Opinión, miércoles
La Voz de Galicia
La Opinión, martes
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